Una historia de hielo
Llega el buen tiempo, el sol, las tardes al aire libre… y ¿qué mejor que tomarse un helado? Pero ¿sabemos realmente de dónde provienen? A continuación, vamos a explicarte todos los secretos de este alimento tan apetecible.
Según fuentes, la elaboración de helados se remonta a 4000 años atrás, en China. Su nacimiento surgió a partir de una receta donde se preparaba una masa “mantecada” hecha de arroz muy cocido, leche y especias que, al mezclarse, se colocaba en la nieve para su solidificación. Asimismo, en aquella época, se tomaba fruta helada y en el siglo XIII a.C., ya había numerosos vendedores ambulantes de estos refrescantes alimentos. Por otra parte, algunas fuentes sostienen que los antiguos romanos son los inventores del famoso sorberte. Ellos utilizaban nieve, frutas y miel para preparar este postre tan refrescante. Al parecer, Nerón hacía traer nieve de los Alpes para su realización.
En Italia, Marco Polo fue el encargado de divulgar una receta para su preparación de regreso de uno de sus viajes al Lejano Oriente, apoyando la teoría de que en China tuvo lugar su origen. No obstante, en este país fue muy importante su reconocimiento, y hasta ha llegado a decirse que el nombre de “polo” proviene del legendario Marco Polo. En 1650 en Palermo, Sicilia, nació Francesco Procopio Coltelli, que pasó a la historia por haber fundado el primero y más importante café de Paris. Tanta fue su relevancia, que, hasta el rey Luís XIV, consintió a Coltelli unas licencias reales especiales para la elaboración de “aguas heladas” con fruta, flores de anís, canela, limón, flores de naranjo, fresas y cremas heladas.
Otro interesante antecedente lo encontramos con Alejandro Magno, ya que en su corte se enterraban ánforas, en nieve, que contenían frutas mezcladas con miel. Cocineros árabes realizaban esta mezcla que dieron el nombre de “sharberts”, de ahí su denominación actual.
Como podemos ver, los antecedentes de este producto son variados. En nuestro país, hasta mediados del siglo XIX, el hielo llegaba desde Inglaterra o los Estados Unidos en barras envueltas en aserrín. Los primeros en servir refrescos “helados” fueron el Café de París, el Café de las Armas y el Café de los Catalanes. Actualmente, el helado se ha desarrollado a niveles de gastronomía molecular, helados simbióticos, y se han incorporado nuevos ingredientes a sus recetas.
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